La soledad puede ser para algunos detestable; mientras que, para otros, un refugio donde encontrar a sí mismo. Cada uno es feliz a su manera. En efecto, uno puede sentirse a gusto consigo mismo y, por el contrario, estar en compañía de gente y sentirse solo. En consecuencia, ser solitario o introvertido no debería tener una connotación negativa, así como tampoco la tienen las personas extrovertidas.