domingo, 4 de octubre de 2020

La visión del escritor

Sé que soy todavía un inexperto escritor y, por ende, me atrevería a decir que mi forma de ver el mundo no es tan distinta como de la de mis conciudadanos, siempre y cuando estén debidamente informados y con cierto nivel de educación y cultura.

    Sin embargo, si existieran desavenencias entre mi visión del mundo y la de otra persona —digamos un oficinista, un albañil o un entrenador físico—, es que, como autor de ficciones, creo que todo es posible. En los mundos que los escritores creamos se salen en cuantiosas ocasiones de nuestras experiencias —aún basándose en ellas—, llegándose a superar lo que nos cuenta la historia, la lógica o la convención. 

    En efecto, si queremos que nuestros textos atrapen al lector, solemos salirnos en ciertos momentos de lo que nos dicta el sentido común o ignorar hechos históricos, incluso acontecimientos claves que deberían por pura lógica ocurrir por el desarrollo de la trama. Ciertamente, a veces es difícil ignorar la propia razón de lo que debería ir sucediendo, rehuyendo de lo que debería transcurrir en base a la mencionada lógica, para así imaginar qué sería lo más interesante y/o práctico.

    Afortunadamente, tenemos el poder de obviar la causalidad de los hechos, haciendo que cualquier acción pueda desarrollarse antes o después que otra. Al final, uno se percata que, curiosamente, esto también puede pasar en los diversos ámbitos de la misma vida real.