domingo, 21 de febrero de 2021

Necesitamos un culpable

La continua estupidez humana tiene, entre otros, un efecto adverso en los demás: disminución de la compasión. Nadie se libra de dicha estupidez, todos somos responsables y víctimas. Y, cuando llega una nueva desgracia provocada por algún desastre natural, algunos la contemplarán más con cierta curiosidad que miedo. A los ruegos de ayuda de las víctimas que por su estupidez se hayan en esa desdichada situación, algunos replicarán con un «Os habíamos avisado, ¿por qué os quejáis ahora?». En efecto, esas decisiones tomadas sin fundamento lógico ni respaldadas por datos contrastados, que hoy en día son tan fáciles de acceder, nos provocan que cada vez tengamos menos compasión con nuestros semejantes.